Ante la Semana Santa Ferrolana
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por Carlos Barcón, pintor.
"Nuestro pintar de cada día, pudiera ser, además de arte, una oculta manera de rezar."
Aristóteles dejaría dicho, por lo visto, que el hombre era una animal político. Yo creo que además es un espíritu religioso. Y añadiría, en mi calidad de pintor, que el arte expresa la necesidad de Dios, y en esa duda y de misterio, pienso y creo que nuestro pintar del cada día, bien pudiera ser, además de un arte, una oculta manera de rezar.
El arte nace en el hombre como una forma de expresar su necesidad de Dios y sobre todo de engrandecer lo que le rodea. A través de la materia el hombre expresa su espíritu. Y en este sentido creo que hay una enorme dosis de religiosidad en la tarea creativa. El aspecto religioso del hombre es tan antiguo como el hombre mismo. Cada día estoy más convencido de que este sentido religioso parte del gran misterio de la vida. El hombre se siente incapacitado intelectualmente para comprender ciertas cosas, como bien pudiera el propio Universo, la vida misma, que hacemos aquí, hacia dónde vamos...
Se suele decir que hay que vivir la fe, pero sin obras es una fe muerta. Por eso el hombre siempre o casi siempre está movido por ella y esto le ocurre especialmente al hombre artista. Y no es necesario el pintar santos, para manifestarse en sus obras con la fiebre de la comunicación de lo impalpable, en las tinieblas de lo que no ve ni entiende, pero que late en su corazón como martillazos de la eternidad.
Nuestro actual Obispo Sánchez Monge, ha escrito hace poco y entre otras cosas "que hemos de intensificar el diálogo con la cultura de hoy para evangelizarla, porque la evangelización no consiste en adaptarse sin más a la cultura contemporánea, sino en transformarla".
Con motivo de la reciente convocatoria de la Coordinadora de Cofradías de la Semana Santa, he pintado, por primera vez en mi vida artística, un Cristo, el Cristo del Mar, y lo he pintado porque creo que es una de las figuras claves de la historia de la humanidad, resaltando de su mensaje el que haya centrado todo en el amor, en la entrega mutua, en ver al semejante y cualquier ser vivo una huella de Dios. Cristo, en definitiva, y es lo que pienso, vino a darnos otra imagen distinta, más amorosa de Dios.
Muchos han sido los pintores que han pintado a Cristo en la Cruz, como el solitario Cristo de Velázquez, ¡Ese Cristo que está muriéndose, sin acabar de morirse, para darnos vida!, como dejaría dicho Unamuno.
Artículo y pintura: Carlos Barcón
Junta Directiva Narart
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